Desde el año 200 A. de C., las culturas asiáticas han utilizado el apio como remedio popular para bajar la presión arterial según William J. Elliot, farmacólogo de la Escuela Pritzker de Medicina de la Universidad de Chicago, quien aisló del apio una droga reductora de la presión arterial.
El doctor Elliot comenzó a interesarse por el tema cuando Quang T. Le, un vietnamita estudiante de postgrado, le dijo que un médico asiático le había controlado la hipertensión a su padre con un tratamiento a base de apio. Después de comer 2 tallos de apio todos los días durante una semana, la presión arterial de Minh Le, de 62 años bajo de 158/96 aun nivel normal de 118/82.
El doctor Elliot trató de conjeturar cual podría ser esa sustancia química del apio capaz de reducir la presión arterial y una vez extraído el compuesto lo administró a ratas con presión arterial normal y el resultado fue positivo. La presión sistólica, la cifra más alta se redujo en promedio del 12 al a 14% al cabo de 2 semanas de administración del extracto.
Las dosis equivalían a comer 4 tallos de apio al día incluso los niveles de colesterol en la sangre también se redujeron cerca de un 14%. El agente químico reductor de la presión arterial se denomina 3- n - butil ftalido y es el que le da al apio su aroma. Dicha concentración de este compuesto reductor de la presión arterial es relativamente alta en el apio en comparación con muchas otras verduras. Además se piensa que el apio actúa reduciendo en la sangre las concentraciones de hormonas de la tensión emocional las cuales constriñen los vasos sanguíneos.
Aunque el apio tiene un alto contenido en sodio comparado con otras verduras, un tallo mediano contiene apenas 35 mgrs de sodio, por lo tanto, una dosis de 2 tallos para bajar la presión arterial significaría agregar tan solo 70 miligramos de sodio al día, cantidad insignificante en la dieta total.
Otro remedio natural popular cuya eficacia para controlar la hipertensión ha sido confirmada es el ajo. Usado desde hace largo tiempo en la China y ampliamente en la actualidad en Alemania como medicamento para la hipertensión el efecto del ajo puede ser asombroso.
En un estudio realizado en Alemania se analizaron los efectos de una preparación de ajo y utilizando una dosis equivalente a dos dientes de ajo al día, bajo la presión diastólica en los pacientes con hipertensión leve. La presión arterial del grupo de pacientes que recibió el ajo se redujo en promedio de 171/102 a 152/89 al cabo de tres meses, mientras que permaneció igual en grupo tratado con placebo.
Es probable que el mecanismo mediante el cual el ajo reduce la presión arterial se van relajando los músculos lisos de los vasos sanguíneos, facilitando de ese modo la dilatación. Además tanto el ajo como la cebolla contienen gran cantidad de adenosina, un compuesto relajante de los músculos lisos siendo ello bastante útil en el control de la hipertensión, pudiendo ser consumidos crudos de manera simultánea.
Incluir el aceite de oliva en la dieta es buen remedio para la presión alta y hace algunos años, los investigadores de la Escuela de Medicina de Stanford estudiaron a 76 hombres hipertensos de edad madura y concluyeron que una dosis diaria de la grasa monoinsaturada contenida en tres cucharadas de aceite de oliva reducían la presión sistólica en nueve puntos y la diastólica en seis.
Más notable aún es el resultado de un estudio de la Universidad de Kentucky según el cual solo dos tercios de cucharada de aceite de oliva al día redujeron la presión sistólica en cinco puntos y la diastólica en cuatro.
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