viernes, 24 de marzo de 2017

AYUDA PARA NUESTRAS ENZIMAS DIGESTIVAS

Una alimentación deficiente, las alteraciones gastrointestinales y el propio envejecimiento pueden afectar a la producción de enzimas. Un ejemplo de déficit enzimático es el de la lactasa, que explica la intolerancia a la lactosa.

Las enzimas reducen la tensión de las paredes de estómago e intestino, mejoran la función digestiva, refuerzan el sistema inmunitario y pueden contribuir a controlar dolencias relacionadas con la inflamación crónica.

Cada enzima tiene una función específica, desde el transporte de nutrientes o la eliminación de desechos tóxicos, hasta la purificación de la sangre en el hígado o la nutrición del cerebro.

Estas son moléculas, creadas por nuestro propio cuerpo, que impulsan las miles de reacciones químicas que producimos y que resultan cruciales para nuestra vida. 

Aunque nuestro cuerpo la crean,  en la saliva, los jugos gástrico y pancreático y las secreciones intestinales, destacando las lipasas, las amilasas y las proteasas, los glóbulos blancos poseen enzimas, que les ayudan a destruir virus y bacterias. 

Pero podemos tener una ayuda natural acudiendo a través de la alimentación
como la piña y la papaya: en la piña encontramos bormelina, una enzima que descompone las proteínas, resite la acidez del estómago y la alcalinidad del instentino, nos ayudará a tratar dispepsias, insuficiencias pancreáticas exocrinas , y ülceras gástricas, sin olvidarnos de los beneficios de la piña en nuestro cuerpo como para la retención de líquidos. Y la papaya que contiene papaína y que ayuda a mejorar la digestión de la carne , también es una ayuda como antiséptica y antiinflamatoria. 

Otros alimentos que nos ayudarán son la escarola, la endibia, el berro, el rábano o la alcachofa que  favorecen la producción de gastrina y de enzimas digestivas por parte de los jugos gástricos, pancreáticos y d e la bilis. Además, tienen propiedades coleréticas y colagogas y mejoran la función hepática.

El cardo mariano es otro gran aliado para el hígado  y favorece a las enzimas del hígado como antioxidante e inhibidor de la enzima lipoxigenasa que puede dañarlo.

Un condimento japones es el miso que contiene enzimas vivas si no ha sido pasteurizado, se puede tomar como condimiento o como en sopa.

No olvidemos a los suplementos multienzimáticos que podemos encontrar en las herboristerias, parafarmacias y en centros dieteticos  que mejoran el proceso digestivo y ayudan a disminuir la dispepsia, una afección del estómago que provoca una digestión lenta con hinchazón, dolor y hartazgo.