La primavera comienza su andadura con el rojo de las fresas, el mes de mayo da paso a los primeros tonos amarillos de los nísperos, a los que siguen un poco más tarde los melocotones, albaricoques y nectarinas. La vuelta a los tonos rojizos cuando está a punto de comenzar el verano se da a través de las cerezas, ciruelas y sandías. Marzo ventoso y abril lluvioso hacen mayo florido y hermoso… Nos recuerda un refrán español. Tenemos setas y el verano nos da ya algunos anticipos, las berenjenas, excelentes judías verdes en temporada durante primavera y verano… Pero donde más lo notamos es en la fruta tendremos los primeros productos de una amplia variedad ligada a las buenas temperaturas. Hay que aprovechar que le diremos adiós el mes que viene a un gran número de verduras: alcachofas, apio, espinacas, calabacines, guisantes, habas, nabos, pimientos verdes y setas… así que… ¡aproveche! también es el últimos mes para los cítricos de origen nacional: limones, naranjas y pomelos. En definitiva, una inundación de colores tras los cuales se encierra una larga e interesante lista de fitoquímicos, que no pueden producirse por el propio organismo, y que por lo tanto sólo los podemos obtener mediante la ingesta de alimentos ricos en ellos. Las antocianinas son las responsables del color rojo o morado de ciruelas negras, fresas, fresones y frambuesas. Estas frutas han sido utilizadas popularmente para mejorar y tratar problemas circulatorios. Hay evidencias experimentales de que ciertas antocianinas tienen propiedades antiinflamatorias. Se sabe que tienen la capacidad de prevenir la oxidación del LDL (colesterol malo), además de reducir su síntesis o su absorción por lo que se consideran oficialmente como sustancias protectoras del sistema cardiovascular. Además regulan la presión arterial y previenen el envejecimiento celular. El licopeno también tiñe de rojo las frutas y hortalizas y es responsable del color de los tomates y las sandías entre otros. Actúa como un potente antioxidante neutralizando los radicales libres y atenuando el daño en los tejidos. Estudios clínicos y epidemiológicos evidencian que el licopeno es un agente central en la reducción de la incidencia de algunos tipos de cáncer como el de pulmón, próstata y tracto digestivo. Los carotenos dan color amarillo, naranja y rojizo como el de albaricoques, melocotones y cerezas. El beta-caroteno de las frutas, tras ser absorbido en nuestro cuerpo se transforma en vitamina A o retinol, que resulta esencial para la visión, el buen estado de la piel, los tejidos y para el buen funcionamiento de nuestro sistema de defensas. Ahora puede darle color a su mesa con un frutero compuesto por las diferentes frutas de la primavera y aprovechara sus grandes propiedades. La FRESA: es rica en potasio, magnesio, yodo, hierro, vitamina C y ácido fólico. Ideal para hacer curas depurativas y ayuda a fortalecer los huesos, mantener en buenas condiciones la piel y evita la retención de líquidos. Los ALBARICOQUES tienen interesantes efectos rejuvenecedores. El MELÓN se convierte en un complemento ideal para aquellos que quieren cuidar la figura, tener una dentadura fuerte o elevar un poco el estado de ánimo. Las CEREZAS, también tienen un efecto limpiador. Favorecen la digestión y poseen una acción anti inflamatoria. Alivian los dolores derivados de los problemas reumáticos. Recomendaciones La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) recomienda tomar cinco raciones de frutas y verduras al día, e insiste en que se combinen los distintos colores para asegurar así el aporte de diferentes nutrientes y sustancias fotoquímicas. De hecho, la ingesta de entre 400 y 600 gramos al día de frutas y verduras es la que se asocia con la reducción de la incidencia de la mayoría de tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares, infarto y la mayoría de enfermedades asociadas al envejecimiento. La fruta de primavera permite consumir por lo menos una pieza de cada uno de los grupos de colores que las autoridades sanitarias consideran como imprescindibles para la salud (rojo, naranja/amarillo, verde, morado y blanco). Los colores también son una forma fácil para enseñar a lo niños las cualidades de las frutas como alimento que ayuda a crecer y a reforzar las defensas. Los antioxidantes trabajan juntos, es decir, en su combinación natural dentro de las frutas se ayudan unos a otros para realizar sus funciones. Por ello se piensa que los beneficios de una dieta rica en vegetales, vienen en parte, de las complejas mezclas de fitoquímicos que están presentes en los alimentos de forma natural. Consuma productos de temporada. Las frutas sufren manipulaciones cuyo objetivo es hacer que aguanten las largas distancias de transporte y el tiempo que pasa desde su recogida en el campo, hasta la mesa del consumidor. Aún se necesita mucha investigación para saber en qué medida se pierden los antioxidantes con la manipulación, el procesado e incluso el cocinado de las frutas. Comiendo fruta de temporada nos aseguramos de que están en su punto óptimo de maduración y seguramente hayan sufrido menos manipulaciones que puedan interferir en su interesante contenido nutricional.
FUENTE: www.frutasfranciscosalado.com
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