Con breves ejercicios de concentración pueden calmarse emociones negativas como la envidia, la rabia, la frustación o los pensamientos repetitivos. De esta manera es factible acceder el deseado estado de paz y tranquilidad mental.
- El primer requisito es disponer de un espacio en el hogar propicio para permanecer un rato en silencio y extender en él una manta o una pequeña alfombra.
-Para crear un ambiente apropidado se quema incienso, se enciende una vela o se dispone una fotografía que nos agrade.
-En primer lugar se realizan unas cuantas respiraciones lentas y profundas.
-Seguidamente hay que concentrarse en la respiración. Se observa cómo entra el aire a través de la nariz, hasta el final de los bronquios y después sale hacia el exterior.
Este ejercicio tan sencillo, tiene un enorme poder de relajación mental y permite acomodarse en un rincón de la mente para observarla , apaciguarla y controlarla.
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