El cambio de estación favorece el desarrollo de enfermedades respiratorias, de la piel y gastrointestinales
Esta temporada se caracteriza por viento fuerte que tira las hojas de los árboles y con ello el polen y polvo flotan en el ambiente ocasionando en muchas personas reacciones alérgicas importantes, sobre todo en enfermos de asma y otros padecimientos pulmonares y bronquiales.
Empieza a descender la temperatura y con ello también se incrementan las enfermedades respiratorias como la gripe, los resfriados comunes, las neumonías y las faringitis.
Hay también enfermedades que afectan a menores de 4 años, como el sincicial respiratorio, que puede ser muy grave y que en esta temporada es una de las principales causas de hospitalización.
Ya que aún no termina la temporada de lluvias, las enfermedades gastrointestinales continúan, ocasionadas ya sea por virus que penetran a nuestro organismo por vía aérea ocasionando fuertes gastroenteritis o por bacterias o parásitos provenientes de alimentos que se descomponen fácilmente por el calor y la humedad.
Las lluvias e inundaciones, permiten la formación de charcos y con ello la proliferación de mosquitos transmisores de enfermedades como el dengue clásico y el hemorrágico y el paludismo.
La humedad y el frío que empieza provocan afecciones en la piel, ocasionando infecciones por hongos, dermatitis por alergias o resequedad.
La humedad también incrementa infecciones en las mucosas, por lo que la conjuntivitis es otra de las enfermedades que se presenta con mayor frecuencia en el verano y otoño.
Así que para poder disfrutar de esta temporada y prepararnos bien para la época invernal debemos:
- Aplicar el refuerzo de la vacuna contra la gripa y si el médico lo considera necesario contra la neumonía.
- En caso de presentar algún cuadro gripal, no automedicarse sobre todo con antibióticos, ya que si la enfermedad es viral, el medicamento no solamente no va a servir, sino que las bacterias se van a fortalecer haciendo más difícil el tratamiento.
< - Comer bien y cuidar mucho la higiene y frescura de los alimentos que consumimos y no hacerlo en puestos callejeros. - Hervir bien el agua que se va a consumir. - Cambiar de inmediato la ropa húmeda en caso de haberse mojado y evitar los cambios rápidos de temperatura al utilizar ventiladores o aires acondicionados. - Proteger la piel del calor y la humedad, limpiándola bien todos los días y aplicando crema para evitar resequedad. Es importante también evitar estar al sol durante las horas fuertes para prevenir el cáncer de piel, las quemaduras y las dermatitis. - Evitar la formación de charcos, sobre todo en lugares cercanos a las costas o en zonas tropicales y solicitar a las autoridades la descarcarización y fumigación de los hogares. - Atender a tiempo bajo control médico adecuado, cualquier síntoma de enfermedad o infección, evitando la automedicación. En caso de diarrea excesiva hay que tomar Vida Suero Oral y acudir a la clínica más cercana en caso de que ésta no se controle.
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