LAS UVAS

El componente cuantitativo más importante de la uva es el azúcar y tal vez por ello ha cogido esa mala reputación de que es una fruta que engorda y sin embargo, aunque es muy nutritiva y energética su valor calórico no es muy elevado. A cien gramos de uvas corresponden 74 calorías, lo cual no es demasiado. Claro que esto no es lo mismo si se trata de uvas pasas ya que en éstas asciende a 295 calorías. Además de un delicioso alimento, la uva nos puede servir de medicamento puesto que posee grandes virtudes. – Combate el estreñimiento para lo cual debe comerse con la piel, pero hay que tener la precaución de quitar las pepitas ya que curiosamente éstas tienen un efecto astringente. – Descongestiona el hígado, facilita el drenaje de las vías biliares, es diurética debido a las sales potásicas que contiene y es muy indicada contra el artritismo porque alcaliniza la sangre. En fin, estas son sólo algunas de las aplicaciones terapéuticas que la uva puede regalar, pero para enfermos y sanos resulta un excelente alimento que no debemos desaprovechar ya que nos proporciona gran vigor y aumenta las defensas orgánicas para prepararnos ante el invierno. Una vez más la Naturaleza nos muestra su sabiduría. Por supuesto los diabéticos deben abstenerse o comerlas con muchísima moderación pues su alto contenido en azúcar les sería perjudicial.

Son famosas las curas de uvas que ya se realizan en muchas casas de salud y desde esta revista invitamos a nuestros lectores para que un día se decidan a llevarla a cabo; pero como cada persona y cada enfermo es un ser individual y único, la cura deberá ser supervisada por un especialista que les dará las instrucciones adecuadas para realizar una cura personal con éxito. La cantidad exacta de uvas a ingerir, la duración de la cura, etc., dependerá de muchos factores diferentes en cada caso. Sírvanos de ejemplo decir que una cura de uvas suave, que no haría daño, consistiría en tomar sólo uvas para desayunar y cenar, eso si, tantas como a uno le plazca. La comida del mediodía podremos hacerla como de costumbre, a poder ser ensalada y verduras que facilitarán la labor depurativa que se está intentando lograr. Las personas delicadas o con órganos digestivos débiles pueden pasar las uvas por la licuadora y tomarlas en forma de zumo que se beberá muy lentamente. De esta manera se evitará cualquier molestia gástrica. Otra forma de beneficiarmos del valor curativo de las uvas frescas será dedicándole un día completo a la semana. Las tres comidas se compondrán sólo de uvas y se tomarán entre 1,5 y 3 Kg. diarios. Debemos coger uvas bien maduras, de la variedad que más nos guste y no olvidaremos lavarlas bien ya que los productos que por desgracia hoy en día se utilizan en los cultivos pueden resultar tóxicos. Para aquellos que no desean realizar ninguna cura especial, ni abstenerse de comer otros alimentos, les aconsejamos que tomen las uvas solas, en la merienda o en la cena por ejemplo, ya que la fruta dulce no combina bien con otros alimentos y podrían producirse fermentaciones en el estómago si se consumen, como suele ser habitual, al final de una comida, como postre. Y para los amantes de los zumos aquí va una receta a beber por puro placer: Se mezcla una taza de uvas a las que se les han quitado las pepitas, una taza de piña en rodajas y una taza de hielo con una cucharada sopera de miel y olvídese de cualquier otro refresco artificial, con éste se recuperarán las fuerzas para continuar la jornada. Bueno amigos, aquí tienen mi consejo para este mes. Coman abundantes uvas, disfruten de su dulce sabor, no olviden dar gracias a la Tierra por tan preciado regalo. ¡Qué ustedes lo aprovechen bien!