Disfrutar de un agradable día en el campo con la familia o los amigos es, sin duda, uno de los mejores remedios para olvidarnos de la rutina diaria y disfrutar de la naturaleza. Practicar deporte y olvidarnos del sedentarismo habitual de la sociedad nos ayuda a mejorar nuestra salud y estado de ánimo. Si encima lo hacemos en grupo, mucho mejor. Por esta razón, te proponemos una actividad muy sencilla, que no requiere una gran condición física y que exige un desembolso económico muy reducido: el senderismo. La primavera y el verano son las mejores estaciones del año para disfrutar de la montaña, ya que la temperatura es muy suave y existe un menor riesgo de quedar atrapados por una tormenta o una ventisca. En esta época de vacaciones, mucha gente cambia la playa por la montaña con la finalidad de recorrer distintas rutas a pie, volviendo así a los orígenes del hombre, en contacto directo con la madre naturaleza. Aunque el senderismo es una actividad para todos los públicos, conviene tener en cuenta algunas cosas antes de lanzarnos a la montaña.
Material imprescindible
Lo primero es elegir unas botas acorde con el tipo de terreno que vamos a pisar. Francisco Rubio, responsable de Piedrasobrepiedra.com y experimentado montañista, recomienda que "si vamos a caminar por montaña, con un tipo de terreno pedregoso, utilicemos unas botas con suela dura y que se agarre bien al suelo. Si, por el contrario, nuestra ruta discurre por un sendero llano y sin dificultad, podremos usar cualquier bota de trekking, o incluso cualquier calzado deportivo". Por su parte, Luís García, gerente de Andarines.com, comenta que "los pies son muy diferentes, y una buena bota puede ser inadecuada para una determinada persona, ya que hay hormas más estrechas y hormas más anchas".
Tampoco debemos descuidar los calcetines, ya que su uso inadecuado genera las temidas ampollas en nuestros pies. Lo más común es utilizar modelos de algodón, ya que son más frescos, aunque pueden llegar a retener líquido en exceso, formando arrugas que desembocan en ampollas. Existen otros materiales como el CoolMax, que además de facilitar la transpiración del pie, lo mantiene seco en todo momento. Para las primeras caminatas, los más expertos recomiendan utilizar dos calcetines en cada pie, por lo menos hasta el momento en que la base se endurezca y soporte mejor el paso de los kilómetros.
Para afrontar nuestra primera ruta, además del calzado, simplemente necesitaremos una pequeña mochila con respaldo acolchable, una cantimplora, un botiquín de primeros auxilios, un teléfono móvil, un mapa, una brújula y "si vamos a andar por encima de los 1.500 metros de altitud, hay que llevar ropa para agua y de abrigo, aunque el tiempo parezca que va ser bueno", añade Luís García. Si la ruta va a superar las tres horas de duración, conviene llegar algo de alimento en la mochila, para reponer fuerzas a medio camino.
Las primeras rutas
Con todo el material listo, es el momento de planificar nuestra primera ruta. César Rodríguez es el responsable del Club de Senderismo Cristal de Roca, y basándose en su experiencia, recomienda "empezar con excursiones de 8 a 12 kilómetros, con desniveles que no superen los 300 metros. Lo ideal es caminar unas dos horas antes de comer y otras dos horas después." En caso de hacerlo con niños, Francisco Rubio aconseja "rutas cortas y adaptadas a la edad del chaval; lo ideal es hacer de la ruta una motivación, es decir, que el niño disfrute con juegos, descubriendo la naturaleza, etc. y que el fin no sea terminar la ruta".
Para no perdernos en nuestros primeros pasos, es fundamental ayudarnos de un mapa y una brújula. En España, los más populares son los que edita el Centro Geográfico del Ejército, que dividen todo el país en cuadrículas, por lo que tan sólo necesitamos saber en cuál de ellas está la ruta que queremos cubrir y pedirlo a través de Internet o en una tienda especializada. Como complemento, podemos añadir a nuestro viaje un dispositivo GPS que marque nuestras coordenadas en todo momento. Para el responsable de Andarines.com "son muy útiles, yo los utilizo mucho cuando voy a explorar alguna zona, y sobre todo les saco mucho partido viendo luego en el ordenador el trazado de mi recorrido".
Por su parte, Rubio también ve con buenos ojos estos dispositivos, "aunque lo ideal es que siempre que se vaya a realizar un recorrido un poco más largo, o que no conozcamos bien el terreno, acompañemos el GPS con un mapa y una brújula, ya que al ser un aparato eléctrico puede fallar por cualquier causa". A César Rodríguez, en cambio, no terminan de convencerle estos sistemas, y desde su punto de vista "si quieres aprender a no perderte y saber siempre donde estás dentro de la montaña, los mapas te lo dicen todo".
El misterio de las rutas nocturnas
Las cálidas temperaturas del verano invitan a realizar muchas rutas al abrigo de la luna. Este tipo de senderismo tiene una serie de condicionantes especiales que debemos tener en cuenta, ya que podemos caer en situaciones de peligro. Luís García recomienda que "al menos una persona del grupo conozca bien el terreno por el que se va a realizar la excursión", y desde Piedrasobrepiedra.com añaden que "las precauciones que se deben tomar son las mismas que para hacer una ruta durante el día, aunque con la diferencia de que debemos llevar una fuente de luz y baterías suficientes para la duración de la ruta".
Lo mejor es optar siempre por una ruta que ya conozcamos de antemano, para evitar así sorpresas indeseables. En caso de que nuestra aventura implique dormir al aire libre, hay que ser conscientes de que no se puede acampar en cualquier parte. En algunos sitios está prohibido, mientras que en otros se necesita un permiso especial. Lo mejor es llamar previamente a la Consejería de Medio Ambiente correspondiente o bien a las oficinas del Parque Natural para informarnos. No hay que olvidar, además, que en muchas zonas está completamente prohibido encender fuego.
Teniendo todos estos detalles muy en cuenta, la montaña se convierte en un lugar más accesible que nos invita a disfrutar de la naturaleza en estado puro, aunque nunca debemos perderle el respeto. Si somos precavidos y organizados, podremos disfrutar de una jornada de senderismo agradable, divertida y sana, de la que guardar un grato recuerdo en el futuro.
Por Alfonso Somoza