Un revelador estudio publicado hace unas semanas en la revista Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology. Según esta publicación, cuando se emplea similar gasto de energía, correr reduce el riesgo de hipertensión en un 4,2% y caminar en un 7,2%. En cuanto al riesgo de colesterol alto, correr supone una reducción de ese riesgo en un 4,3% y caminar en un 7%. En cuanto a las enfermedades cardiacas, correr reduce el riesgo en un 4,5% y caminar en un 9,3%. Es decir, en todos los casos andar es mucho más beneficioso que correr. Y, además, produce menos desgaste y riesgo de lesiones.
Beneficios de la práctica deportiva de andar:
Aun cuando la reducción de los valores de tensión arterial parezca pequeña, puede ser suficiente para traducirse en una rebaja significativa de la incidencia de accidentes cerebrovasculares e infartos de miocardio.
Te sentirás progresivamente más sano y en mejor forma física.
Mantiene el peso corporal y previene la obesidad.
Ayuda a que el corazón funcione mejor: reduce el número de latidos por minuto, mejora su contracción y desarrolla nuevas arterias.
Evita la ansiedad, la depresión y el estrés.
Controla la tensión arterial, los niveles de colesterol y de glucosa.
Qué precauciones tomar
Antes de comenzar un programa de ejercicio físico, debes consultar con tu médico.